El calentón que experimentó este matrimonio fue muy grande y por eso, esta madura no tardó en ponerse a cuatro patas y apoyada en la mesa, lista para dejar que su esposo le de caña. Se empleó a fondo con su coño y no paró de darle, mientras ella gemía una y otra vez con cada orgasmo. Solo con escucharla el tipo se ponía más a tono y al final, terminó por todo lo alto rellenando ese chochito maduro con su lefa.