Como el trabajo de monitora de fitness no me da suficiente, decidí recurrir al sexo y me presenté a un casting porno. Siempre fue una fantasía pero al final, la hice realidad y de paso cumplí otra de regalo. Y es que me follé a mi primer negro y disfruté a lo grande, con el pedazo de pollón que tenía. No esperaba pasármelo tan bien y cada embestida que le metía a mi coño, era un orgasmo que me traspasaba el cuerpo entero.