Fui a la cocina para picotear algo, pero cuando vi a mi novia rusa en braguitas, me entró hambre de sexo. Empecé a meterle mano y al final, no me pude resistir a meterle la polla por el culo. Es lo que a ella más le gusta y me da un morbo brutal, así que abrí su ojete a pollazos mientras ella gemía sin parar. Probamos todas las posturas posibles y le dimos al sexo anal por cada rincón de la casa hasta hartarnos.