Acababa de llegar una nueva secretaria a la oficina y empecé a charlar con una de mis compañeras para darle una buena bienvenida. Al principio pensamos en montarle una fiesta o simplemente invitarla a un café, pero al final encontramos algo mejor que darle. Así que fuimos a su despacho y empezamos a charlar con ella, hasta pedirle que se quitase la ropa y ofrecerle una buena comida de coño. Ella accedió y las tres terminamos en pelotas follando sobre la mesa, usando un arnés para follarnos mutuamente y pasar un rato de sexo lésbico del que nuestro jefe jamás supo nada.