Tengo una novia muy culta, la cual se pasa más tiempo estudiando y leyendo que haciendo otras cosas. Una tarde la vi con otro libro y decidí quitárselo de entre las manos, ya que estaba cachondo y deseando follar. Logré que me la chupase y cuando la puse a cuatro patas, no tardé en embestirla al ver su enorme culazo. Fue una gozada para los dos y por un momento, ella se convirtió en mi zorrita y demostró que tiene un lado salvaje.