No esperaba encontrarse a una okupa en casa y en cuanto la vio, le echó la bronca y pensó en echarla. La jovencita necesitaba un sitio donde dormir y le dijo que haría lo que fuese necesario para quedarse. Acabó ofreciéndole una noche más, pero a cambio tendría que dejarle probar su coño. Tras acceder, los dos terminaron desnudos en el sofá y el mulato no tuvo piedad a la hora de penetrar su chochito hasta el fondo.