Al llegar a casa, me encontré a mi hermanastra colombiana tirada en la cama echándose la siesta. Se ve que estaba agotada de la escuela, pero cuando fui a despertarla me fue imposible meter mi mano por debajo de su falda. No lograba que abriese los ojos, pero acabó haciéndolo en cuanto notó mi polla dentro de su coño, terminando por gozar a lo grande al verme penetrarla en la cama.