No tenía dinero para comprarme una chaqueta que me hacía mucha ilusión tener. Pero tras un rato sentada en el centro comercial, un desconocido quiso hacerme el favor y compármela. Le pregunté que quería a cambio y me dijo que con un café le era suficiente, pero yo quise darle algo mucho mejor. Así que tras probarme la chaqueta en la tienda, se la chupé en los probadores y me fui con él a su casa, para echarle un polvazo y disfrutar de sexo duro juntos.