Quien iba a decirle a esta divorciada tetona que tras dejar a su marido, disfrutaría del sexo más que nunca en su vida. Y es que parece que la señora genera un morbo muy importante entre los jovencitos y un día, conoció a uno estando de compras. Se dieron los teléfonos y ella le citó en su casa, donde acabaron desnudos en el sofá y follando toda la tarde, hasta que el chaval no pudo más y rellenó su coño maduro para acabar semejante polvazo.