Hace poco esta madura compró una nueva casa y no se dio cuenta de que en el salón, había un glory hole. Se ve que los antiguos inquilinos lo habían instalado ahí y ella decidió dejarlo hasta que una tarde, se vio sorprendida cuando salió una polla dura de ese agujero. Ella no lo dudó y se zampó el rabo de ese desconocido, que se había colado en su casa para disfrutar de sus mamadas.