No me acuerdo sobre que apostamos mi hermanastra venezolana y yo, solo se que gané la apuesta y estaba dispuesta a cobrármela. Aparecí por el salón y fui directo hacia ella, sacándome la polla y haciendo que me la chupase. Ella lo hizo encantada y luego, se bajó sus pantalones vaqueros y me dejó penetrar su coño latino, en una follada que guardamos en secreto para no meternos en problemas.