Mientras esta guapa alemana tomaba el sol en pelotas, vio como un desconocido se le quedaba mirando. Ella siguió a lo suyo, hasta que coincidieron en el hotel donde finalmente, le invitó a su apartamento. Estaba claro lo que acabaría pasando y tras un breve flirteo, la rubia pasó a la acción. Empezó por chuparle la polla y cuando la dejó bien dura, disfrutó de ella a cuatro patas en el balcón, hasta recibir una buena lefada sobre sus tetitas naturales.