Durante su estancia en el hotel, esta guapa rubia parecía un tanto distraída y no le prestó mucha atención a su pareja. Una noche fue a darse un baño a la piscina y allí coincidió con el toallero, un chico mulato que le llevó una toalla para que se secase al terminar. Intercambiaron miradas y a la mañana siguiente, ella se empeñó en follárselo y logró convencerle para que se metiese en la cama con ella, hasta montar su enorme polla y esperar a que se corriese dentro para acabar.