Necesitaba que el taxista me llevase pero justamente estaba en un descanso para comer. Me costó convencerlo pero al final puso en marcha su coche y me llevó a mi destino, aunque yo decidí compensarle de una manera muy especial. Y es que a mitad de camino, le pedí que parase y que me hiciese compañía en el asiento de atrás, para terminar follando juntos y dándole su merecida propina.