Paseaba por el parque y le fue imposible no mirar a esta guapa rubia, la cual era algo delgada pero no le importó demasiado. Empezaron a charlar y tuvieron mucha química, tanto como para convencerla para que le acompañase a su piso. Una vez allí no quisieron perder más tiempo y tras meterse en la cama, le dieron al sexo toda la tarde y al final puso a cuatro patas a esa flacucha que no paró de gemir mientras la penetraba.