Mientras la japonesa Marica Hase limpiaba cada rincón de la casa de este mulato, el tipo se quedaba mirándola embobado. La asiática despierta en él un morbo muy grande y pronto se notó todo ello en sus pantalones. Ella no pudo evitar fijarse y decidió seguir con la limpieza, pero esta vez de su sable. Apenas le cabía en la boca, pero ella siguió adelante con las mamadas y terminó embestida sobre el sofá y gozando de una follada interracial brutal.