Soy una chica muy sana y me gusta mantenerme en forma, haciendo ejercicio y comiendo sano. Lo que pasa es que también soy bastante golfa y cuando me subí al taxi, no pude esconder esa faceta mía. De hecho acabé metiéndome frutas por el culo e invité al taxista a probarlo, hasta tener que aparcar para dejarle abrir mi ojete a pollazos en el asiento trasero.