Mientras tomaba el sol, vi como el limpiapiscinas me miraba de reojo… a mi y a mis tetazas. Decidí jugar con poco con él y le pedí crema, pero no para la espalda sino para mis ubres. Cuando tuvo entre sus manos mis melones, pude darme cuenta de lo cachondo que le había puesto, así que decidí actuar. Saqué su polla de los pantalones y empecé a chupársela, hasta terminar desnuda y follándomelo al aire libre sobre una hamaca.