Parece que esta profesora rusa no tiene auto control y no puede evitar follarse y hacer guarradas a todo el que pilla. Primero se la chupó al bedel y saboreó su polla dura en pleno trabajo. Pero es que al día siguiente se encerró en una habitación con uno de sus compañeros y terminó follándoselo, hasta dejarle probar su trasero y gemir de gusto con una dura enculada.