Tengo la suerte de tener una novia argentina que además de guapa, sabe perfectamente como darme placer. Antes de acostarme, quiso hacerme un pequeño favor en forma de mamadas. Usó su lengua como una profesional y se tragó mi polla hasta el fondo. Fue un gustazo y aunque aguanté como pude, al final terminé eyaculando como una fuente y cubriendo sus mejillas de lefa.