No sabía que sorpresa me tenía preparada mi novio por mi cumpleaños, pero al final fue algo que los dos pudimos disfrutar de lo lindo. Fue una follada casera y para ella, tuve que ponerme un antifaz y dejar que me sometiese como le diese la gana. Primero me puso una especie de aparato para que no me moviese, además de un dildo anal que fue poniéndome cada vez más cachonda. Y lo que vino luego no fue sino un rato de puro placer en la cama, donde tuvimos sexo a tope y pasamos un rato brutal… sin duda el mejor regalo que me han hecho jamás.