Parece que esta secretaria anda con un poco de tiempo libre y quiere descansar un poco del ordenador. La chica podría haber salido a tomar un café o a echarse un cigarrillo, pero prefirió llevarse otra cosa a la boca. Y es que con su compañero de oficina justo a su lado, quiso pasar un buen rato sacándole brillo a su rabo. El tipo le dejó hacerlo y disfrutó de unas profundas mamadas, que terminaron con la cara de la rubia chorreando su lefa en el suelo.