Si hay algo que les gusta a estas dos amigas, es probar cosas nuevas y hacer realidad sus fantasías más morbosas. De hecho una de ellas quiso hacer de sumisa para la otra, protagonizando una sesión BDSM de lo más caliente. Fue encerrada en una taquilla y cuando salió, se llevó unos cuantos azotes antes de ser penetrada analmente con un arnés por parte de su amiga, que la puso al límite y logró satisfacerla como nunca.