Tenía que dar unas clases de matemáticas particulares a mi alumna francesa, la cual no parecía con mucho interés en el tema. De hecho cuando le pedí que hiciese unos ejercicios en la pizarra, la muy golfa me cogió desprevenido y me comió la polla en medio de la clase. No pude evitar seguirle la corriente y al final, dejé la lección para subirla a la mesa y terminar follándole el culo, que al parecer es lo que más le gusta.