Todos sabemos que tras esa apariencia angelical, Stella Cox esconde a una auténtica zorra. Por eso cuando la tetona se ve a solas en la piscina con ese par de mulatos, no duda en someterse a ellos y en zamparse sus enormes rabos de color. De hecho, acaban turnándose con su culo y lo perforan sin piedad, mientras ella gime de placer y aguanta esas folladas anales tan brutales que le meten y que tanto le acaban gustando.