Tenía clases particulares pero mi profesora no pudo venir y acabé yendo a casa de una amiga de mi madre. La señora me ofreció un té y después de rebuscar entre sus cosas, me encontré un collar de mi madre. Parece que se lo había robado y conseguí que confesase, así que le dije que tendría que contarlo todo. Ella no quería y al final, logró silenciarme tras chuparme la polla y apoyarse sobre la encimera de la cocina, donde me la follé con mucho gusto.