Para alejarnos del ruido de la ciudad, mi novia latina y yo nos fuimos al campo y acabamos rodeados de árboles frutales. Ella empezó a coger naranjas pero yo, preferí coger algo más tierno y eché mano de su rico culito. Cuando vio lo que estaba haciendo, se dejó llevar y terminó igual de cachonda que yo. Así que se tumbó sobre la manta que habíamos puesto sobre la hierba y me pidió que me la follase al aire libre.