Cuando vio sus fotos en internet, se quedó perplejo y solo deseaba verla en persona, para ver si era cierto que tenía unos pechotes descomunales. Parece que la morena no mentía y cuando sacó a pasear sus ubres naturales, vio como el tipo jugaba con ellas y las untaba en aceite, para ir entrando en calor antes de pasar a la acción. Y es que pronto los dos terminaron en el sofá follando duramente, mientras sus tetazas rebotaban sin parar y a la espera de recibir sobre ellas toda su lefa.