Tras ver como su amiga experimentaba squirting a solas en el sofá, Zoey Monroe decidió hacerle compañía y quiso también soltar unos buenos chorros por su coño. Así que se puso cómoda y juntas terminaron gimiendo como dos auténticas zorras, masturbándose mutuamente y dejando el salón perdido con esas eyaculaciones que casi llegaron al techo de su casa.