Estaba teniendo un paseo romántico con mi novio y quise agradecerle ese momento de alguna manera. Como vi que no había nadie cerca, quise regalarle una buena sesión de sexo oral, chupándosela en un parque público. Me agaché y le saqué brillo a su polla dura, mientras miraba de reojo para evitar que nos pillasen. Para él fue un gustazo y cuando estuvo listo para correrse, lo hizo en mi boca y no dudé en tragármelo todo.