Nada más despertarse, Zoey Kush quiso bajar a desayunar pero se fijó en el empalme mañanero que llevaba su chico y no pudo resistirse. En lugar de tomarse un sandwich, lo que se llevó a la boca fue el rabo de su pareja en el dormitorio. Empezó a chupársela lentamente y dejó bien claro las ganas que le tenía, empleándose a fondo como si de una profesional se tratase y regalándole un garganta profunda que terminó con el chaval eyaculando en toda su boca.