Entre clase y clase, estas dos amigas universitarias quisieron despejar la menta haciendo algo de deporte, así que fueron a jugar al baloncesto juntas. Acabaron agotadas y sudorosas, pero aun tenían bastante energía en el cuerpo, algo que dejaron claro en cuanto llegaron al piso que compartían. Y es que después de mucho tiempo reprimiéndose, las dos jovencitas decidieron dar un paso adelante y terminaron besándose apasionadamente, hasta acabar desnudas y comiéndose los coños sobre el sofá del salón.