Andaba paseando por la calle y de repente, me crucé con una rubia preciosa que iba con un vestido espectacular. Empecé a hablar con ella y me contó que era rusa, algo que sin duda llamó mi atención. Quería ver hasta que punto estaba dispuesta a hacer locuras y le ofrecí dinero a cambio de grabar una escena porno. La jovencita se lo pensó y al final aceptó el trato, metiéndonos en un edificio y cabalgando mi polla para demostrarme lo golfa que puede llegar a ser.